martes, 3 de septiembre de 2013

La mudanza.

CAPITULO.1

La idea de mudarme, no era precisamente una de las mejores que se me habían ocurrido, pero tenía la corazonada de que para sacarme la carrera de medicina, tendría que ir a Londres, acabar el último año de bachiller e ingresar en una nueva universidad, lo cual me asustaba un poco.
Mi madre no estaba del todo de acuerdo de lo que quería hacer, pero yo lo deseaba incluso más que mi grupo favorito, los One Direction.
Mi madre: Y como te ganarás allí la vida.
Yo: Mama, me voy con una amiga, y ella tiene un primo que ofrece casa a cambio de trabajo.
Mi madre: ¿Y trabajarás tú mientras estudias?- Dijo llevándose las manos a la cintura.
Yo: No, Aroa trabajará  yo estudiare, los días libres, trabajaremos las dos.
Mi madre: ¿Y de que se supone que trabajareis?
Yo: Haremos conciertos, con nuestras canciones, y por ello nos dan cien euros la noche a las dos.
Mi madre: Me prometiste que jamás volverías a cantar.
Yo: Mama que haya muerto papa no quiere decir que yo no pueda seguir cantando.-Dije levantando la voz.
Hacía ya tres años que había muerto mi padre, el era músico, y al parecer, yo saqué el mismo talento musical que él. Mi madre siempre a intentado mantenerme lejos de ese mundo, por el miedo a que me pase lo mismo que a mi padre, que me enganche a las drogas y muera de sobre dosis.
Yo: Lo siento mama, no debería haber dicho eso.... agache la cabeza y la di un abrazo.
Mi madre: Tienes razón, has cumplido dieciocho años, tu sabes lo que tienes que hacer, eres lo suficientemente adulta para saberlo, solo quiero que entiendas que te quiero, y que solo te quiero proteger.
Yo: Lo se...

Me costaba mucho despedirme de toda la gente de mi alrededor, la cual siempre me ha estado apoyando en los momentos más duros de mi vida, que por suerte no han sido muchos.
Estábamos en el aeropuerto, mi familia, Aroa y yo, solo faltaban dos horas para que embarcáramos, deseaba que se parase el tiempo, pero a la vez, quería estar en ya Londres. Era la hora de embarcar, estaba despidiéndome de mi familia cuando derramé una lágrima, la podía notar como caía lentamente por mi mejilla. No quedaba mucho tiempo por lo que subimos al avión. Yo estaba deprimida.
Aroa: (tú), estate tranquila e intenta ver el lado positivo de esto, te vas a iniciar una nueva vida, a sacarte una carrera, a vivir sola, a llevar una vida de verdad.
Yo: Tienes razón.- La di un abrazo.
Aroa: Aprovecha a dormir, que cuando lleguemos, no vamos a tener tiempo para casi nada.
Yo: Siempre sabes como hacerme sonreír, no sé que haría sin ti.- La di un abrazo.

Me quedé dormida, la verdad es que estaba muy cómoda. El viaje se paso volando, nunca mejor dicho. Cuando llegamos nos quedamos impactadas, había tanta gente, que no podías ni siquiera ver el suelo, era increíble. En el aeropuerto, estaba el primo de Aroa, yo creía que era mucho mas mayor que nosotros, pero apenas tenía dos o tres años más. Era muy majo nos llevó a la casa en su coche. Londres era precioso, pero nuestro apartamento estaba en Doncaster, al igual que Londres precioso, lo único que yo no sería capad de sacarme el carne de conducir.
La casa era muy mona, tenía dos plantas, abajo estaba el salón y la cocina, y en la planta de arriba había lo menos unas diez u once camas, lo que e dejó impactada. La casa era muy moderna, lo único que en el piso de arriba, las camas que estaban al fondo estaban muy mal para dormir, ya que el techo era inclinado y si te levantabas un poco dormido, de abrías la cabeza, literalmente. Por lo demás era perfecta. También nos explicó donde estaba el instituto y la cafetería donde haríamos los conciertos, después de tomar una taza de té con leche se fue. Nos quedamos las dos solas, decidimos que era un buen momento para escoger cama y empezar a desembalar las cosas.

Pasaron unas tres horas, o estaba agotada, nos sentamos en el sofá a ver un poco la tele, después de una ducha. era muy suave la tela de aquél sofá.
Aroa: ¿Ya estás mejor?
Yo: En cuanto a los temas familiares sí, pero me da miedo una cosa.
Aroa: ¿El que?
Yo: El instituto.
Aroa: ¿Por qué?
Yo: Sabes que no ser deseada no es algo del todo nuevo para mí...
Aroa: (tú), ¡no puedo creer que digas eso!
Yo: ¿A que te refieres?
Aroa: Eres súper divertida, eras amable y muy madura cuando tienes que serlo, aunque otras veces tengas el día que no paras de hacer bromas, bueno en general, el la vida has parado de hacer bromas, solo que al principio eres un poco tímida.
Yo: Ahora que lo pienso, al no estar mi madre aquí, puedo hacer bromas pesadas al director o a la directora, total, no me hecha la bronca.
Aroa: (tú), eres increíble...- Dijo echándose las manos a la cabeza y riéndose.
Yo: Lo sé.- Puse cara de diva. Nos estuvimos riendo toda la tarde.

Llegó el día del instituto....











No hay comentarios:

Publicar un comentario